¿Te conoces a ti mismo?
¿Qué tienen en común un dolor de cabeza, un eructo, un malestar estomacal y una nariz moqueante? Todos estos síntomas revelan que algo diferente está sucediendo en tu cuerpo. Son las formas únicas y personales con las que tu cuerpo se comunica con su dueño: tu.
Muchos ignoramos estos mensajes de nuestros cuerpos, pero lo hacemos bajo nuestro propio riesgo, porque la capacidad de percibir, los a veces sutiles mensajes que nuestro cuerpo nos envía, puede afectar profundamente a nuestra salud. Como si se tratase de un niño impaciente cuando reclama nuestra atención; si ignoras los susurros de tu cuerpo demasiado tiempo, es probable que suba la voz, incluso que te grite, hasta que le prestes atención y tomes medidas.
¿Cómo logramos tener la conciencia necesaria de nuestro cuerpo para escuchar las sutiles y tempranas advertencias que nos envía?
Es importante saber qué síntomas revelan cuestiones que tienen más probabilidades de resolverse por su cuenta, y qué síntomas sugieren algo más serio. ¿Es ese dolor en el pecho simplemente culpa de una pizza o la advertencia de un ataque cardiaco inminente? Menos ambigua es la aparición de sangre en las heces o la orina. Casi siempre es una señal de algo grave.
Si sospechas que tu cuerpo está tratando de decirte algo, pregúntanos en tu próxima cita. Si está fuera del alcance de la quiropráctica, te referiremos al especialista adecuado.
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