Algo huele a pescado…
Al día de hoy, probablemente hayas escuchado que los ácidos grasos Omega-3, como los que se encuentran en pescados de agua fría, son buenos para ti. De hecho, los suplementos de aceite de pescado están entre los suplementos nutricionales más populares.
Como nuestro cuerpo no produce ácidos grasos Omega-3, debemos incorporarlo a través de la comida.
Aparte del aceite de pescado, fuentes vegetales incluyen a las semillas de chia, semillas de lino, nueces, semillas de girasol y aceite de canola.
Los ácidos grasos Omega-3 están pensados para reducir la inflamación, las enfermedades cardiovasculares, y prevenir la degeneración cognitiva.
Las investigaciones demuestran consistentemente que el consumo de aceite de pescado reduce el riesgo de muerte cardíaca entre un 10 y un 30%.
Investigaciones recientes parecen desafiar esto…
Mientras el debate continúa, ten en cuenta tu consumo de ácidos grasos Omega-6. Estos provienen de los aceites vegetales y grasas animales. Provocan inflamación, enfermedades cardíacas, cáncer, asma, artritis y depresión.
Ésta es la cruda verdad: la investigación antropológica sugiere que nuestros ancestros cazadores, quienes no sufrían de enfermedades inflamatorias, comían omega-6 y omega-3 en un ratio d 1:1
Hoy se estima que el ratio de consumo normal es de 10:1 a 20:1.
Por lo tanto, incrementar el nivel de Omega-3 y reducir el de Omega-6 sería más saludable.
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