“Donde se dobla el tallito…
…allí se inclina el árbol.” Este concepto se le atribuye a Alexandre Pope, poeta inglés del siglo XVII conocido por sus dichos y proverbios. Lo que quiere decir es que, si se planta un árbol con el tronco torcido, crece torcido. Lo mismo pasa con tu hijo o hija. Es por esto que son tan importantes para los niños los exámenes espinales. Que vayan por el buen camino te puede salvar de muchas preocupaciones en el futuro.
Hay muchas cosas que pueden afectar el crecimiento de la columna de tu hijo: desde el parto, pasando por caídas, un accidente de coche, lesiones deportivas y mochilas pesadas. Llevando a tu hijo al quiropráctico te ocupas de cualquier desalineamiento espinal que pueda tener para que no se convierta en un problema futuro. Lo que intentamos hacer entender a nuestros pacientes es que muchos de sus problemas actuales provienen de lesiones de su infancia. Si se hubiesen ocupado de ellos en aquel entonces, cuando su cuerpo aún está creciendo y adaptándose, no tendrían dicho problema a día de hoy.
Una columna desalineada también puede provocar interferencias nerviosas, que desembocará en una alteración de la manera de percibir el mundo de tu hijo. Es muy difícil reaccionar frente al mundo de manera apropiada si nuestra visión de éste se encuentra distorsionada debido a un malfuncionamiento del sistema nervioso.
¿Quieres proporcionarle a tu hijo o hija una vida saludable y un sistema nervioso libre de distorsión? Pide cita en tu quiropráctico para que éste lleve a cabo un análisis espinal en la columna de tu hijo. Déjanos resolver un pequeño problema antes de que se convierta en uno gordo.