¡No tengas miedo!

El miedo adquiere sentido cuando uno se encuentra en situación de peligro, pues forma parte del instinto de supervivencia del ser humano.

Pero, ¿qué hay del miedo crónico? ese miedo que te produce insomnio y que hace que te preocupes por planes y eventos futuros que puede que nunca ocurran.

El miedo crónico es una respuesta irracional a una amenaza percibida. Pero aquello que percibimos puede que no llegue a ocurrir nunca o que no tengamos siquiera control sobre ello; así que ese miedo no tiene cometido alguno.

¿Este miedo puede dañar tu salud? He aquí algunas de las consecuencias del miedo crónico:

  • Debilitamiento del sistema inmunitario.
  • Desórdenes cardiovasculares y gastrointestinales.
  • Depresión.
  • Problemas de fertilidad.
  • Migraña.
  • Pérdida de memoria a corto plazo.

Además, el miedo crónico puede afectar tu apetito, tu rendimiento laboral y tus relaciones. Y puede desembocar en dependencia de sustancias como el alcohol, la comida, el tabaco o las drogas.

Consejos para lidiar con el miedo:

  • Practica técnicas de relajación (meditación o respiración profunda).
  • Haz ejercicio regularmente.
  • Acaba con la nicotina, el alcohol y las drogas.
  • Mantén una dieta saludable, empezando el día con un buen desayuno.
  • Socializa a menudo con su familia y amigos.
  • Busca ayuda con un terapeuta cualificado.

El cuidado quiropráctico puede ayudarte a minimizar los efectos del estrés provocados por el miedo.

Los Pros de los probióticos

Probablemente hayas oído hablar del término «probióticos» pero no sabes qué son ni conoces su función. La palabra tiene su origen en el griego: pro (para) y bios (vida). La Organización Mundial de la Salud definió como probiótico «cualquier microorganismo vivo que tiene efectos positivos sobre la salud».

Los probióticos (las bacterias amigables) los podemos encontrar en alimentos como el yogur, kefir, miso, chucrut, pan de masa fermentada, pepinillos, etc. y son beneficiosos para:

La salud digestiva: entre los ingredientes que usas comúnmente hay más de 1000 tipos diferentes de bacterias «saludables» que te ayudan a hacer la digestión y a absorber los nutrientes necesarios. Hay estudios que confirman que los probióticos también pueden ayudar en caso de gases, diarrea, intolerancia a la lactosa y otros problemas digestivos.

La salud urinaria: los probióticos ayudan a prevenir que las bacterias que puedan obstruir las vías urinarias y desembocar en una infección.

La salud femenina: el uso de espermicidas y la píldora anti-embarazo puede afectar el equilibrio entre bacterias malignas y benignas. Al ingerir alimentos que contienen probióticos podrás restablecer este equilibrio de la microflora y prevenir una vaginosis bacterial o una infección.

La salud del sistema inmunitario: ingerir alimentos con probióticos puede ayudar a reforzar tu sistema inmunitario, haciendo que estés más sano.

Si tienes preguntas sobre los probióticos, no dudes en preguntarnos cuando vengas a ajustarte.

Sabias que…

  • Leer con luz tenue puede cansar nuestra vista, pero no la agota.
  • Los niños con dolor de oído crónico a quienes prescribieron amoxicilina tienen de dos a seis veces más infecciones de oído.
  • Nuestro cerebro consume casi el 25% del oxígeno que utiliza nuestro cuerpo.
  • Un estudio de la Universidad de California ha demostrado que escuchar una sonata de Mozart durante 10 minutos mejora la coordinación ojo-mano.
  • En cada paso que damos utilizamos hasta 200 músculos.
  • 7 de cada 100 hombres tienen algún tipo de daltonismo pero sólo 1 de cada 1.000 mujeres lo sufre.
  • De media, el riesgo de contraer una infección durante una estancia en el hospital es de 1 entre 15.

Eres lo que comes

No hay duda de que lo que metemos en nuestro cuerpo puede afectar profundamente a nuestra salud. Lo que ponemos en nuestra boca y en nuestro sistema digestivo a la larga acaba convirtiéndose en lo que somos. Lo que comemos proporciona el combustible y la materia prima que nuestro cuerpo necesita para mantenerse y repararse a sí mismo.

Por eso lo que comemos es tan importante para nuestra capacidad de sanar y recuperarnos de una lesión.

Y por eso te conviene evitar todo lo posible los alimentos procesados que contienen un sinnúmero de aditivos diseñados para extender su vida útil y mejorar la rentabilidad. Los alimentos procesados contienen a menudo compuestos que no se encuentran en la naturaleza, tales como el butilhidroxitolueno, el estearoil lactilato de sodio y la azodicarbonamida.

Estos y otros incontables productos químicos destinados a espesar salsas, conservar los colores o estabilizar el producto, se encuentran en muchos artículos de los pasillos interiores de tu supermercado favorito.

¿La solución? Evita muchos de estos compuestos químicos haciendo la mayor parte de tu compra alrededor del perímetro del supermercado, empezando con los productos frescos. Fresco, perecedero, real y bueno para ti.

¿Cuanto valoras tu Salud?

Hace algo más de 2.000 años, el antiguo poeta romano Virgilio observó, «La mayor riqueza es la salud». ¿Consideras valiosa tu salud?

Cómo cuidamos de nuestro cuerpo es una decisión muy personal. Las decisiones que tomamos y los hábitos que adquirimos se basan en lo que valoramos o mantenemos en más alta estima.

Puedes consultar páginas web que enumeran cientos de valores distintos. Aparte de la salud, aparecen valores como la ambición, la valentía, la justicia, la obediencia y la reputación. Además de la aprobación, la culpa, el miedo, la obligación y la responsabilidad. Tú  y yo elegimos de esta extensa lista de valores humanos y priorizamos nuestra propia versión personal.

Como cabría esperar, aquellos de nosotros que hemos elegido el cuidado de la salud como carrera, consideramos de gran valor nuestra salud. Por lo general, se encuentra entre los 10 o 20 primeros valores.

Intentar ayudar a recuperar la salud a pacientes que no la valoran tanto es un reto fascinante. Tienden a no hacer los ejercicios de cuidado en casa, a no beber la cantidad adecuada de agua y, por lo general, no hacen suficiente ejercicio. Las cantidades mínimas de atención quiropráctica que a menudo eligen hacen poco más que aliviar superficialmente su síntoma más evidente.

Esto puede hacer que algunos pacientes se sientan culpables o avergonzados, o que piensen que nos están defraudando. ¡No! Estamos aquí para servirles igualmente. Sin opinión ni expectativa. Nuestro trabajo es ofrecer el mejor cuidado quiropráctico posible, el tuyo es decidir cuánto de él deseas.

¿La persona o el problema?

Una de las cosas que hacen la quiropráctica tan estimulantemente diferente es que nos concentramos en la persona con el problema, no en el problema de la persona. Vemos sus oídos, garganta, estómago y el resto como un paquete total. Este «panorama general» está coordinado por el sistema nervioso.

Mientras que algunos piensan que la quiropráctica es solo para problemas de la columna vertebral, nuestro interés por la tuya reside simplemente en el hecho de que los nervios de la columna vertebral son los más vulnerables a la hora de ponerse en riesgo e irritarse. Las lesiones físicas, los trastornos emocionales y las toxinas químicas pueden afectar la forma en la que tu sistema nervioso funciona.

Dado que tu sistema nervioso controla cómo funciona cada célula, tejido y sistema de tu cuerpo, asegurar el correcto funcionamiento de tu sistema nervioso es la clave para la salud. No es la clave  tu presión arterial, controlada por el sistema nervioso; no tu pulso, controlado por tus nervios; y ni siquiera tu temperatura, controlada por el sistema nervioso.  Son efectos a tener en cuenta, pero en realidad son SÓLO los síntomas. Al igual que el sonido penetrante de una alarma de incendio, la causa es otra. Y precisamente lo que hacemos en la consulta es ¡trabajar sobre la causa!

Pensar en los quiroprácticos como especialistas de la columna sería como pensar en los médicos como especialistas del estómago, solo porque el medicamento entra en el torrente sanguíneo a través del estómago. Así que, mientras que nuestro enfoque parece que sea la columna vertebral, nuestro principal interés es la estabilidad de tu sistema nervioso.

Ciudado con mi espalda por favor!

¿Sabes que el dolor de espalda es el segundo problema médico más solicitado? (El primero es un resfriado común y corriente). Las causas más normales del dolor de espalda son el estrés, una mala postura, estar sentado mucho tiempo, traumas, etc. Pero, ¿sabes que tus emociones también pueden causar dolor de espalda? Y ni la medicación ni las operaciones van a solucionar el problema si se da el caso.

Desde un punto de vista emocional, el dolor de espalda se da cuando no te sientes apoyado de alguna manera. Tu columna es el apoyo de tu cuerpo; si sientes que no tienes el apoyo necesario, tiene sentido que te duela la espalda.

El dolor en la parte superior de la espalda surge cuando no sientes el apoyo de las personas que te importan. Si uno se da cuenta que él mismo es el responsable de su felicidad, muchas veces este dolor desaparece.

El dolor en la parte central de la espalda se asocia con el pasado. Puede que sientas que alguien te ha clavado el puñal por la espalda. Si te liberas del dolor, de la rabia y de la culpabilidad puede que te sientas mejor.

La falta de dinero o los problemas financieros se vinculan a la zona lumbar. Si consigues lidiar con el miedo de mantenerte económicamente puede que elimines este dolor.

Puede que encuentres la manera de liberarte del miedo, rabia e inseguridades mediante la meditación, el asesoramiento, ejercicio y otras técnicas de alivio de estrés.

Dale un impulso a tu cuerpo

Todos hemos escuchado la frase “o lo usas, o lo pierdes”. Esta frase es especialmente cierta cuando nos referimos a nuestra  función articular.

A medida que envejecemos, muchos sufrimos una pérdida de movilidad en las articulaciones, sobre todo por las mañanas. O necesitamos tiempo para recuperarnos luego de levantarnos de una silla o de manejar largas distancias. Rodillas, caderas, hombros y codos son comúnmente acusados. Menos obvias pero incluso más importantes son las articulaciones de la columna.

A medida que empezamos a sentir  el impacto de una vida de insultos y daños a la columna, el cuidado quiropráctico se vuelve especialmente de ayuda.

Aparte de ayudar a las articulaciones espinales a funcionar lo más óptimamente posible, muchos mayores eligen cierto tipo de cuidado quiropráctico regular para:

Mejor Balance: las caídas son por lo general el principio del fin para los mayores. Hay investigaciones que sugieren que el cuidado quiropráctico puede ayudar a los mayores a mantener mejor el balance.

Aumento de la vitalidad: Con el foco del cuidado quiropráctico puesto en el sistema nervioso, muchos pacientes reportan dormir mejor, mayor energía y mayor sentido del bienestar cuando son ajustados regularmente.

¿Ha pasado tiempo desde tu última visita? Llámanos hoy para programar tu próxima cita. ¡Esperamos verte!

Cuenta tus bendiciones

Hay dos tipos de persona: los que se empeñan, desean y ansían el próximo acontecimiento, y aquellos con un sentido de contento interior y gratitud.

Sucede que la felicidad no está “ahí afuera” en algún lado, supeditada de ser adquirida o conseguida. La felicidad (relacionada a la alegría) viene de un sentido de paz y calma que acepta lo que hay.

Es una decisión.

La gratitud comienza al volvernos más conscientes de nuestras bendiciones. Una forma de contar nuestras bendiciones es hacer una lista de ellas. Asique empecemos.

Empieza agradeciendo por tu vida, tus padres,  tu salud, tu propósito y todas las oportunidades que tienes. Y luego, haz una lista de experiencias en tu vida que te bendijeron, comenzando por las más tempranas memorias de la escuela, eventos familiares, vacaciones y todo el resto. Luego, lista a las personas que conociste, los libros importantes que has  leído, y las películas significativas que viste. Ya te das una idea. Tu lista muy pronto incluirá cientos o miles de entradas.

Luego, añade a la lista al menos una bendición al día.

Entonces, cuando te sientas deprimido, menospreciado, minimizado o derrumbado, saca tu lista y ¡empieza a leer!

Revisión de mochila para la vuelta al cole

Muchos colegios requieren chequeos médicos de pre-admisión para comprobar que su hijo/a se encuentra sano antes de volver a empezar.

Pero, ¿alguna vez le han hecho un chequeo a su mochila?

¿Le sorprende que más del 60% de los estudiantes (de entre 11 y 15 años) que llevan mochila se quejan de dolores de espalda? Esto puede prevenirse con las siguientes pautas:

  • Elija una mochila infantil, que no sea para adultos. Las correas deben estar acopladas de forma que la parte inferior de la mochila quede a un centímetro de la cintura.
  • Elija una mochila cuyas correas sean anchas y acojinadas. Las correas finas pueden resultar incómodas.
  • Asegúrese de que la mochila llena de su hijo/a no supere el 10-15% de su peso. Un niño que pese 25 kg no debe llevar una mochila que pese más de 3 – 4 kg. Saque cualquier cosa que no sea absolutamente necesaria y déjelo en casa o en su casillero.
  • Asegúrese de que su hijo/a lleve ambas correas puestas para equilibrar el peso de la mochila en ambos hombros. La correa de la cadera también ayudará a distribuir equitativamente el peso.
  • Enseñe a su hijo/a a recoger la mochila agachándose, usando así la fuerza de sus piernas en lugar de inclinarse para

Su quiropráctico estará encantado de comprobar el tamaño, peso y posición de la mochila de su hijo/a. Pide hora para su chequeo.