Si tenemos un pico de fiebre, corremos a buscar un antipirético. Ante una infección del oído, un antibiótico. Las farmacéuticas compiten por ofrecer medicamentos para eliminar el síntoma de cualquier enfermedad que nos desafía. Pero, ¿no sería mejor dejar que el cuerpo siga su proceso natural sin interferencia de las compañías farmacéuticas?

Investigaciones publicadas en el Journal of Leukocyte Biology evidencian que la temperatura corporal elevada ayuda a las células inmunes a trabajar más duro para luchar contra los resfriados y la gripe. Otro estudio de la revista Pediatrics informa que, en E.E.U.U., los médicos prescriben más de 10 millones de antibióticos innecesarios por año, elevando peligrosamente el riesgo de infecciones resistentes a los antibióticos para la sociedad en su conjunto.

La Quiropráctica reconoce que los síntomas son el intento de tu cuerpo para salvarse a sí mismo. El consejo es esperar a que las respuestas naturales de tu cuerpo, como la fiebre y la inflamación, hagan su trabajo, en lugar de interferir en el proceso con medicamentos. Mientras mantienes tu sistema nervioso despejado de interferencias, tu cuerpo, de manera innata, sabe cómo manejar su propia carrera de curación.