Listado de la etiqueta: Dolor de espalda

Una pizca de Quiropráctica…

imagen de una balanza, en un lado está el quiropráctico representado por un canto rodado y en el otro 3 distintos tipos de dolor. El canto del quiropráctico compensa los del dolor e inclina la balanza a su favor.

Un estudio estadounidense publicado en 2005 encontró que «ante dolor de espalda y cervical, la inclusión de cuidados quiroprácticos dio lugar a una reducción en las tasas de cirugía, de la atención hospitalaria, del uso de imagen avanzada y de rayos X”. Esto significa que cuando se está bajo cuidado quiropráctico, hay una disminución de pruebas innecesarias y menos hospitalización. Las estadísticas se inclinan claramente a nuestro favor.

Al mantener tu sistema nervioso despejado y dar a tu cuerpo la oportunidad de curarse a sí mismo, se termina ahorrando un montón de tiempo, dinero y molestias. Los quiroprácticos lo saben. Nuestros pacientes también. Estamos a la espera de que el resto del mundo lo sepa.

No olvides tu ajuste…

imagen de un dedo recordando que hay que ajustar periódicamente

A veces sucede que las personas se olvidan de seguir su cuidado quiropráctico tan pronto como el dolor desaparece, para regresar unos meses después preguntándose qué hicieron para que vuelva el dolor. En la mayoría de los casos no es tanto lo que hicieron lo que provocó que el dolor regresara, es lo que dejaron de hacer.

Una vez que desaparecen los síntomas, pensamos que ya estamos sanos y es fácil olvidarse de seguir la rutina que nos hizo mejorar. Es habitual que después de hacer dieta y mejorar nuestros hábitos alimenticios consigamos perder unos kilos que, en cuanto volvemos a descuidar nuestros hábitos, se recuperan rápidamente. Lo mismo vale para mantener tu columna vertebral sana con la atención quiropráctica regular. Cuando el dolor se ha ido y la vitalidad ha vuelto es fácil olvidar el impacto que tiene un sistema nervioso despejado sobre tu salud en general. Si abandonas el cuidado quiropráctico por mucho tiempo será más difícil recuperar las mejoras. Lo ideal es seguir un programa de mantenimiento.

Cuando tus antiguos dolores y molestias reaparecen, en lugar de tratar de averiguar lo que hiciste que provocó de nuevo la crisis, recuerda lo que estabas haciendo y permitió que tu cuerpo expresara la inteligencia innata que sabe como auto repararse.

¡Has oído que…funciona!

imagen de unamano que se acerca a la oreja para oir mejor con el texto IT WORKS

¿Sabías que el primer ajuste quiropráctico no fue para aliviar el dolor de espalda? Relata el padre de la quiropráctica, Daniel D. Palmer, que así es como empezó todo en septiembre de 1895.

«Harvey Lillard, portero en el Ryan Block, donde tuve mi oficina, había sido sordo durante 17 años. No podía oír el ruido de un carro en la calle o el tic-tac de un reloj. Investigué en cuanto a la causa de su sordera y me informó que, estando en una posición forzada y encorvada, sintió que algo cedía en su espalda y de inmediato se quedó sordo.

Un examen mostró una vértebra fuera de su posición normal. Razoné que si esa vertebra fuera recolocada, la audición del hombre debería restaurarse. Después de hablar una media hora, convencí Mr. Lillard para que me permitiera ajustarlo. Coloque la vértebra en su posición utilizando la apófisis espinosa como una palanca y pronto el hombre pudo oír como antes.

No hubo nada “casual” en el ajuste, ya que se llevó a cabo con un objetivo claro, y se obtuvo el resultado esperado. No había nada «de brutal» en ese ajuste; era específico y poderoso, tanto que así nació la Quiropráctica.

¡Daniel David Palmer fue su gran precursor!

¡¡Pero… ¡¡Si comenzó ayer!!

Muchas veces, las personas acuden a los quiroprácticos con algún nivel de disfunción o algunos síntomas graves y nos dicen que no entienden de dónde provienen, que solo han tenido una leve caída, se han inclinado para hacer una pequeña tarea o han tenido un problema menor.

Pero, a menudo olvidan los muchos pequeños resbalones, los malos movimientos o las caídas que han tenido, las muchas formas en que su cuerpo no ha podido hacer frente a las largas horas de estar sentado, a la fatiga mental o los meses y años de malos hábitos, que se acumulan con el tiempo. Hasta que ese último, pequeño resbalón, mal movimiento o leve caída sea demasiado para el cuerpo. Hasta que, el cuerpo ahora está abrumado y ya no puede hacer frente.

Y, ahora, suena la alarma, ahora los síntomas están ahí, para decirnos que paremos, que nos tomemos un descanso, para darle al cuerpo la oportunidad de sanar. Y cambiar la forma en que vivimos nuestras vidas.

Después de años y años de acumulación de malos hábitos, de años y años de daños menores, que una última vez, agacharse para recoger algún objeto, o tener un pequeño resbalón o caída es demasiado. El cuerpo está abrumado. Y grita alarmado, para llamar nuestra atención, para que cambiemos la forma en que vivimos nuestras vidas. Para que tengamos un futuro diferente.

De esa manera, el daño se ha ido acumulando durante años, y esto no «comenzó ayer”.

De esa manera, los síntomas son una alarma bienvenida, para poner nuestras vidas en una trayectoria diferente.

Y eso es exactamente lo que la Quiropráctica está aquí para hacer: Ayudarte a cambiar tu futuro.

¿Cómo afecta una subluxación?

Afectan la capacidad de tu cuerpo de adaptarse a su entorno, su capacidad de curar y de funcionar de manera óptima, no permitiéndote disfrutar tu vida al máximo.

Las subluxaciones y nuestro estilo de vida suelen estar relacionadas.

Si no las corregimos, las subluxaciones empeoran, y en consecuencia nuestra salud.

Si se corrigen y además te mostramos maneras de evitarlas en el futuro, probablemente:

  • Te sentirás mejor
  • Prevendrás problemas futuros
  • Influirás en el proceso de envejecimiento
  • Tendrás mejor calidad de vida

Las subluxaciones son causadas por nuestra incapacidad de asimilar tres tipos de estrés en nuestra vida: estrés físico, mental-emocional y químico.

¡Las subluxaciones son un problema DE SALUD Y VITALIDAD y no un problema de espalda!